domingo, 17 de julio de 2011

El lago Titicaca, una maravilla contaminada

Tiene 8.400 kilómetros cuadrados de belleza. Está ubicado a 3.800 metros sobre el nivel del mar. Miles de turistas acuden cada año para admirarlo. Es el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo. Pero… Siempre hay un pero, y en este caso es la contaminación.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha alertado sobre la crítica situación en algunos puntos y ha hecho un llamado a los gobiernos de Bolivia y Perú, que comparten la soberanía del lago, a encarar "una acción coordinada y urgente para frenar la degradación ambiental".

BBC Mundo hizo un recorrido por la ribera boliviana del Titicaca y pudo observar que las aguas residuales de las poblaciones cercanas desembocan en el lago, la basura es arrojada prácticamente en las playas, y los pobladores, si bien son conscientes de la contaminación, creen que ellos no son los responsables de la situación.

Un total de tres millones de personas viven en las cercanías de la cuenca del Lago Titicaca y, según Naciones Unidas, las principales ciudades ribereñas generan más de 100.000 toneladas de residuos al año que van a parar al lago.

Según el informe, también contribuyen a la degradación la actividad minera en los ríos cercanos al lago Titicaca y el calentamiento global.

"El lago está contaminado, en Copacabana por ejemplo los domicilios no tienen alcantarillado bueno y todo va al lago", dice Sixto Paredes, un dirigente del denominado sector Lago, a quien BBC Mundo encuentra en una lancha cruzando el estrecho de Tiquina.

Copacabana es un santuario y un destino turístico situado a orillas del lago. Allí las aguas tienen un color oscuro y el olor que despiden es desagradable.

Rolando Poma, el oficial de Desarrollo Humano del municipio de Tiquina, lamenta esta situación, pero asegura que la contaminación proviene de la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, que tiene un millón de habitantes y que evacúa sus aguas residuales en ríos que luego desembocan en la bahía de Coana, en el lago Titicaca.

Esa bahía es el punto más crítico en el lado boliviano, así como la región de Puno en Perú.
Los peces van desapareciendo
 
La ONU urge a Perú y Bolivia a que colaboren para solucionar el problema.

Evelyn Taucer, coordinadora del equipo que realizó el estudio de la cuenca del Altiplano, anticipa que esta contaminación "va a producir daños en la vida acuática y se está produciendo un cambio en la calidad del agua".

Los pobladores ya han comenzado a sentir esos efectos, sobre todo en la disminución de los peces.
Rolando Poma cuenta que la contaminación ha provocado "la pérdida del pescado. Algunas variedades han desaparecido" y otras empiezan a escasear.

Por este motivo, ha empeorado la economía de los habitantes de las riberas del lago, donde sin embargo, la gente también vive de la ganadería y de la agricultura.
"No somos nosotros"
 
Los pobladores no se sienten responsables de la contaminación.

Entre los pobladores hay coincidencia en que el lago está recibiendo basura, aguas residuales y tóxicos de la explotación minera, pero nadie se siente responsable por la situación.

Candelaria Villanueva, quien tiene un puesto de venta cerca de la playa, cree que la contaminación proviene de Copacabana y de Perú. "Por este sector no hay", asegura.

Rolando Poma cree que "los comunarios no contaminan, los que contaminan son los pasajeros que vienen".
Sale al paso de estas críticas el turista canadiense Vicente Sentarno. "Lo que no me gustó es ver todas esas botellas flotando en el agua. Pero eso no es culpa del turismo. Esa es culpa de la gente del lugar. Los turistas dejan una marca, pero son los locales en Bolivia los que no tienen todos los conocimientos que tenemos nosotros sobre el medio ambiente", dice mientras aborda una lancha para cruzar el lago.

Acciones urgentes

El informe de Naciones Unidas advierte que "es indispensable que ambos gobiernos (Bolivia y Perú) y sus instancias políticas y técnicas involucradas mantengan un seguimiento continuo del devenir de este proceso" y que se asuman las medidas adecuadas.

"Sólo así podrá evitarse el caer en el ya conocido camino del abandono", señala el documento. Entre las medidas recomendadas está la coordinación y compatibilización de la legislación de Bolivia y Perú, así como la construcción de infraestructura y el racionamiento de la pesca.

domingo, 3 de julio de 2011

La totora, planta utilitaria del lago Titicaca

La totora es la planta utilitaria del lago sagrado, el Titicaca, por la serie de beneficios que ofrece como alimento, medicina natural y materia prima. Su utilización tradicional es milenaria y aún se mantiene entre los pueblos de la región lacustre.

El espejo lacustre de los Andes con una superficie aproximada de 8.562 metros cuadrados, es el hábitat natural de la totora (Schoenoplectus tatora), una planta que alcanza un desarrollo de más de dos metros de largo. Son varios los estudios que verificaron su capacidad de descontaminar las aguas que tienen sus raíces, las que absorben los metales pesados y la bacteria E.coli.

Su raíz conocida en lengua aymara por los habitantes de la región como sak’a es comestible, al igual que el tallo llamado ch’ullu. Un examen bromatológico reveló hace años que gran parte de la totora es fibra cruda beneficiosa para el organismo humano por prevenir el cáncer de colon y evitar las constipaciones.

Los pobladores del Titicaca también saben que la flor de totora puede ser usada en infusiones para aliviar y desinflamar males digestivos. Cuando se quema la flor, la ceniza sirve como astringente porque puede cicatrizar y desinfectar las heridas.

La bondadosa planta sirve también como materia prima para la fabricación de grandes embarcaciones. Varias de ellas fueron usadas en expediciones científicas para comprobar las migraciones antiguas del ser humano en el mundo.

CLASES DE TOTORA

Los comunarios, principalmente los isleños, son capaces de identificar siete clases de totora, éstas pueden tratarse de sub especies. La planta puede ser usada también para la elaboración de fina y variada artesanía que puede ser de ornamentación y utilitaria. Los habitantes de las islas Suriqui, Quewaya y Pariti son expertos artesanos que heredaron por generaciones la habilidad artesanal y la creatividad. En la isla Suriqui también existe un astillero de donde provienen la mayor parte de lanchas y botes que navegan las aguas sagradas del Titicaca.

Las tres islas, todas ubicadas en el lago menor o Wiñaymarka, guardan los vestigios de las civilizaciones prehispánicas. En ellas existen rastros de estructuras líticas dedicadas al ritual a la Kochamama o Diosa del lago.

MUESTRA ECOLÓGICA

Los comunarios de las islas se organizaron y pretenden realizar una muestra en La Paz.

“Queremos mostrarles nuestras creaciones y el uso de la planta milenaria en la elaboración de artesanía de ornamentación y utilitaria, además de otros objetos”, dice Gerbacio Quispe quien asegura que las artesanías ecológicas pueden ser usadas en las ciudades.

Los artesanos del lago también mostrarán la creación de muebles como catres y taburetes, elaborados sólo con el uso de la planta.

Varios de los pobladores coincidieron en proponer que si se llega a poblar con totorales el Titicaca, se puede eliminar la contaminación lacustre que existe actualmente.


Las ranas gigantes del fondo de las aguas sagradas

Un anfibio, la rana gigante, por su gran tamaño, con más de un metro de largo, habita en las profundidades del lago Titicaca. Aunque algunos expertos aseguran que la Telmatobius culeos deposita sus huevos entre los totorales.

Fue en 1968, cuando por primera vez la rana fue clasificada y estudiada por una misión científica dirigida por el oceanógrafo francés Jacques Yves Cousteau. La investigación permitió comprobar que el anfibio, debido al bajo contenido de oxígeno en el lago Titicaca, respira por medio de la piel. Es una especie exclusivamente acuática que posee grandes pliegues de piel en todo el cuerpo. Éstos le permiten aumentar la absorción de oxígeno por la piel, una característica que se observa también en otros anfibios estrictamente acuáticos. Aunque la especie tiene aparentemente una amplia distribución en el Titicaca, las bajas densidades y registros de individuos en censos sugieren que es poco frecuente su avistamiento.

Cambio

sábado, 2 de julio de 2011

Contaminación del Titicaca demanda cirugía mayor

Sostener el desarrollo sustentable del andino lago Titicaca es una tarea pendiente de Perú y Bolivia. El estado de sus aguas preocupa a los habitantes de la región de Puno, en el extremo sudeste peruano. Franz Chávez* LA PAZ Tierramérica

Esfuerzos parciales contra la contaminación del lago Titicaca lograron más resultados en la peruana bahía de Puno, mientras en la zona boliviana de Cohana apenas hay paliativos, coinciden pescadores y autoridades entrevistadas por Tierramérica.

El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, situado a 3.810 metros sobre el nivel del mar. Tiene una extensión de 8.562 kilómetros cuadrados, de los que 3.790 corresponden a territorio boliviano y 4.772 a Perú.

Sus aguas azules son fuente de vida para unas 400.000 personas que viven de la pesca, de la vegetación, que se emplea como alimento del ganado, y de la ancestral técnica de construcción de balsas de totora.

Pero el estado de sus aguas preocupa a los habitantes de la región de Puno, en el extremo sudeste peruano. En mayo, los pobladores aymaras protagonizaron un bloqueo de 15 días en la ruta internacional que conduce los productos bolivianos hacia el océano Pacífico, en rechazo a nuevas concesiones mineras que podrían empeorar el estado del Titicaca. Seis minas de oro y uranio peruanas ya drenan sus residuos hacia esas aguas.

"Hay un ineficiente tratamiento de las aguas residuales y se ha sobrepasado la capacidad que tienen las plantas (para purificarlas), debido al crecimiento de la población", señaló a Tierramérica el técnico Javier Bojorquez, quien lidera un proyecto de control de la calidad hídrica que lleva a cabo desde 2009 la organización no gubernamental peruana Suma Quta ("buen lago", en aymara). Se trata de vigilar, con participación de la población local, el agua de los ríos Ramis y Coata, que desembocan en el Titicaca, identificar contaminantes y diseñar estrategias para eliminarlos o atenuarlos en origen. Estudios de laboratorio muestran residuos fecales con alta presencia de la bacteria Eschericha coli. Del otro lado de la frontera, los pescadores bolivianos Roberto Villcacuti y Ricardo Chasqui dijeron casi al unísono que "no hay" ninguna tarea para limpiar las aguas del lago. Líderes de sendas comunidades aymaras de las provincias Camacho y Los Andes, en el occidental departamento de La Paz, extraen del Titicaca pescado y forraje. Las aguas son "oscuras, gelatinosas, con restos de óxido" y una permanente amenaza para la vida de los peces, describieron a Tierramérica. Según ellos, el río Suches, que nace en una laguna peruana y discurre en dirección norte-sur hasta el Titicaca, es la fuente de residuos tóxicos y restos de minerales. La caída de la pesca es dramática, dijo a Tierramérica Valentín Calisaya, habitante de Camacho que se gana la vida con ella. Con 69 años de edad, recuerda que hace tres décadas las redes de paja brava capturaban en una faena nocturna hasta 40 kilogramos de karachi, una variedad del género Orestias.Hoy, en dos noches de trabajo las redes no dejan más de 10 pescados. "El lago ha cambiado, el clima y la gente también", reflexionó Calisaya. La extinción de especies nativas es constatada en un diagnóstico del Proyecto de Apoyo a la Gestión Integrada y Participativa del Agua en el Sistema Lago Titicaca, Río Desaguadero, Lago Poopó y Salar de Coipasa, que lleva a cabo el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) junto con la Autoridad Binacional Autónoma de ese sistema hídrico, conocida por la sigla ALT. Allí se cita la desaparición del umanto (Orestias cuvieri) y la boga (Orestias pentlandii). Otras especies están en peligro: el suche (Trichomycterus rivulatus), el karachi amarillo (Orestias albus) y el ispi (Orestias ispi), por la pesca irracional y selectiva, la depredación de especies introducidas y la influencia de la intensa producción de los criaderos de truchas. Desde que las cancillerías de los dos países acordaron, en octubre de 2006, la recuperación conjunta de las zonas más contaminadas, la ALT dirigió la limpieza de la capa formada por la lenteja de agua (Lemna giba), convertida en plaga por su capacidad de asimilar los nutrientes de la abundante materia en descomposición, describió a Tierramérica Néstor Loayza, integrante del Componente de Desarrollo Hidrológico de la institución binacional. La lenteja bloquea la luz solar y mata la vida lacustre, explicó el experto. En la bahía de Puno, técnicos y obreros apoyados por maquinaria retiraron 40.000 toneladas de lenteja de agua en una extensión de 500 hectáreas, explicó. La respuesta de la naturaleza fue inmediata: retornaron los peces y las aves, y ahora operan cinco equipos para inyectar oxígeno a las profundidades del lago.

En la zona de Puno hay 1.200 hectáreas lacustres contaminadas con la lemna.

Pero en la bahía de Cohana, del lado boliviano, hay unas 5.000 hectáreas afectadas, sólo se retiraron 5.000 toneladas de lemna, y está pendiente la aprobación de la cancillería de Bolivia de un proyecto de 16 millones de dólares para continuar con la tarea, según Loayza.

Entretanto, la zona recibe una descarga de 4.000 litros por segundo de aguas servidas e industriales, ricas en cadmio, arsénico y plomo, de las ciudades de El Alto, Viacha y Laja, en las que viven un millón de personas.

En Lima, el jefe de la Reserva Nacional del Titicaca, Víctor Hugo Apaza, describió avances de conservación de aves y vegetación en virtud de un trabajo de concientización en las comunidades campesinas.Hasta el momento, su institución ha registrado 109 aves, entre las que se destaca la keñola (Rollandia microptera), que no puede volar y se alimenta de la flora del lago. Es endémica de la región y hace algunos años estuvo en peligro de extinción, dijo Apaza a Tierramérica. Aunque la ALT tiene 18 años de existencia, está lejos de dar respuesta a los desafíos ambientales que soporta el Titicaca.